Previamente: Después de un año lleno de cambios e incertidumbres, de haberme graduado de la Universidad, de haber cerrado ciclos, el 28 de Septiembre del año en curso por fin hice lo que me había propuesto hacer desde que comencé a escribir mi diario personal, me mudé a Bogotá. (300).
UN MES DESPUÉS:
Perderse en una ciudad tan grande como Bogotá no parece ni complicado ni gran cosa. Acá hay calles y carreras, transmilenios y alimentadores; no creo que sea tan difícil perderme. Un amigo, Ivancho, el primer día me dio un consejo, y es que me fije en los cerros que rodean a la ciudad, esos que parecen vigilar a sus millones de habitantes desde arriba. Creo que ha funcionado hasta ahora.
Mi primer mes en otro ambiente, entre otras personas, a muchos kilómetros de mi entorno habitual ha estado bien, muchos días han sido como vacaciones alargadas, unas que decidí tomarme para conocer y caminar; descubrí que lo que no caminé en otros lados, lo hago aquí, sólo es cuestión de colocarme los audífono, alejarme de un caos que no es mio, y andar. No estoy seguro si sé enfrentarme aún a todos los problemas que hay en Bogotá. No porque sea un cobarde, simplemente porque no sé a lo que me enfrento y eso por ahora supone una gran desventaja para mí. No soy jugador para perder, ni tampoco pienso en ganar todo el tiempo, sólo quiero hacer las cosas bien. Ser un buen jugador, sin pensar en ganar o perder.
No puedo mentir, esto es más de lo que quería, estoy viviendo algo que soy, soy este momento, soy ese caminar, soy éste nuevo ambiente. No todo ha salido bien, pues he cometido errores, algunos de los que me arrepiento y otros de los que no tanto, pero todo es parte de la experiencia. No todo es alegría, pues la nostalgia amenaza constantemente por hacer que extrañe muchas cosas que dejé, es un sacrificio que sabía hacía, uno que es muy duro y accesible la mayoría del tiempo. No todo es tristeza, también hubo borracheras, más de las que puedo recordar, tragos, una gran variedad por parte del sponsor Yummi Yummi, lugar que tienen que visitar cuando tengan la oportunidad, y borracheras más cenas en la Totuma, uno de mis lugares favoritos en toda Bogotá.
No tengo ni la más remota idea de lo que pasará de ahora en adelante, lo que sí puedo adelantar, es que hay muchos proyectos, nuevas oportunidades, nuevos lugares por conocer,¿y por qué no? nuevos 'personajes'.
Un mes después, puedo decir que simplemente caminar por esos lados salvajes que la vida me propone hace que todo esto se convierta en la gran oportunidad de mi vida, el atardecer, la musiteca, la cerveza de barril, la gente, todo, simplemente todo ha valido la pena.
Si he pasado por muchas cosas para vivir lo que vivo ahora, tengo que decir que no me arrepiento de nada, ni siquiera de la media hora que tuve que esperar en el aeropuerto porque nadie iba a recogerme hace un mes. Hay muchas cosas por aprender, muchas que ver, vivir, y defraudarse, por los momentos esta es mi vida entre festivales de cine, supermercados, y soledades adscritas.
El 28 de Septiembre de 2011, decidí irme a otro país después de terminar mi carrera universitaria, tomé el poco dinero que tenía y me monté en un avión sin lugar para arrepentimientos.
Esta es la experiencia de un chamo venezolano, ahora Outsider en Bogotá. Esta es la experiencia en una nueva tierra, en otros país. Estos son los primero días (del resto de mi vida).
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